miércoles, 24 de junio de 2015

Siente tu mente y tu cuerpo libres con el Masaje Tailandés y otras técnicas terapéuticas

Cuerpo, mente y espíritu están tan íntimamente unidos que hablar de salud acarrea bienestar en todos los aspectos de nuestra persona. Imagina tu espalda estirada, los hombros relajados y el pecho suavemente abierto. Imagina amplitud entre tus caderas y ligereza en las piernas.

Esto es lo que se siente tras una sesión de masaje Thai y podría compararse con participar en una buena clase de Yoga. Los efectos de ambas prácticas en el cuerpo son muy similares; levedad y profunda sensación de libertad, así como claridad en la mente y paz y plenitud en el espíritu.

El masaje Thai es un arte terapéutico que data de los tiempos de Buda y estimula todo el cuerpo con presiones y estiramientos. Su filosofía postula una serie de canales por los que circula la energía y cuyo adecuado flujo posibilita un estado natural de salud. Así, el cuerpo se concibe como una red inteligente de líneas energéticas y la enfermedad se considera una falta de equilibrio en dicho flujo.

La aparición de bloqueos, contracturas o anomalías del cuerpo, en su mayor parte, son provocados por pensamientos o emociones negativas respecto a nosotros o a nuestras experiencias. Y, en menor medida, a hábitos posturales erróneos mantenidos de forma prolongada.

Un pensamiento obsesivo, una pena anclada, sentir el cuerpo agarrotado, pueden desembocar en dolencias corporales severas. Y, en sí mismos, también son enfermedad; no se está en Paz. Por lo que es de esperar que, tras una serie de masajes, los bloqueos se suelten, las emociones salgan y la energía circule libremente, haciendo que cambie el cuerpo y todo nuestro espectro.

El cuerpo se abastece de energía a través de los alimentos. El resultado del trabajo corporal en lo físico y en lo energético es muy 30beneficioso y ha de estar acompañado de hábitos alimenticios consecuentes.

Las células son la base del funcionamiento de nuestro cuerpo y estas toman la energía de los alimentos, por lo que, en la medida que comamos alimentos frescos, vivos y con la menor manipulación posible, en dicha medida estaremos introduciendo calidad energética a nuestro cuerpo. A veces damos mucha importancia a las calorías de los alimentos sin reparar que el valor energético de los mismos es lo que nos va a conservar saludables.

Por ello, ser consciente de que hay un energía vital que es la simiente de la que nace todo, que esa misma energía se encuentra en nuestras células, que la podemos tomar del exterior a 40través de los alimentos y que nuestro cuerpo es un ente por el que circula dicha esencia de la vida, es la clave de nuestra longevidad, permitiendo así encontrarnos vitales e irradiando 42belleza y luminosidad en todo momento.

Marta Sáez.
Experta en Masaje Tailandés y Chi Nei Tsang

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Deja tu comentario, tus sugerencias nos ayudan a mejorar.