miércoles, 17 de julio de 2019

Las recompensas de no tirar la toalla...

A veces tiraría la toalla...!!!

Pero no hacerlo me da como premio el “Momento Cumbre”.
Por ejemplo, cuando me planteo salir a correr 8 Kms. 
Hay instantes en los que tiraría la toalla. Uno de ellos es justo antes de salir. Vencer la pereza y calzarme mis deportivas no siempre es fácil...
Otro, en ocasiones, es al poco de comenzar. Cuando empiezo a notar sensaciones extrañas en mi cuerpo. Me cuesta acompasar mi respiración o siento molestias en mis caderas, trapecios, gemelos..., y mi mente me dice para tocarme las narices: “Hija, estás mayor: ¡te duele todo!”.
Pero, sigo. Poco a poco mi respiración se acompasa a mis pensamientos que empiezan a ser más positivos y benévolos conmigo. 
Comienzo a fijarme en el paisaje, en los árboles, en la hierba, en las piedras del camino. Empiezo a ser consciente de que soy capaz, de que soy más fuerte de lo que a veces creo. 
Y sigo corriendo...
Entonces llegan los recuerdos. Los de cuando me creí frágil y débil, y sin embargo superé obstáculos, etapas muy duras en mi vida. 
Y esos recuerdos me dan ímpetu para acelerar mis zancadas. 
Me siento fuerte, capaz, libre... 
Sigo corriendo. 
Y me conecto con todas esas personas que tampoco tiran la toalla. Con esa persona en concreto que toma una decisión, empieza algo y, aunque le cueste, lo acaba. 
Sabiendo que, a pesar de que sea mucho el esfuerzo, llegará la recompensa. El “Momento Cumbre”. Ese que te dice: ”Sea cual sea el resultado lo has hecho, no te has rendido”. 
En mi caso, después de correr, esa cerveza dorada y fresca, que me susurra en cada sorbito : “¡Qué grande eres, “pequeña”!, lo has conseguido y te mereces este premio. Y otros muchos. Porque, los mejores premios, los auténticos, son, sin duda, para aquellos que no tiramos la toalla.


(Foto y texto: Ana Isabel Núñez Palacín)

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