Vivimos en un mundo acelerado, donde vamos de un lado para otro, sin parar un segundo, pendientes de dar lo mejor de nosotros mismos para poder alcanzar unos ingresos, para poder llegar a fin de mes, para poder corresponder a las personas que más queremos.
En esta sociedad occidental actual, en los tiempos actuales, es habitual no tener en ocasiones los espacios suficientes para compartir momentos íntimos y especiales con las personas que más apreciamos... ya sea nuestra pareja, nuestro hermano, o nuestros padres.
¿Qué sucede cuando estos momentos desaparecen? Que la ilusión de vivir se enfría... se pierde esa fuerza vital que precisamente es la que nos da energía para continuar con pasión en el día a día.
Necesitamos, como seres humanos, ser nosotros mismos y compartir nuestra parte más real: nuestras emociones y nuestros sentimientos. Más allá de las palabras, de los razonamientos, de las excusas, de las planificaciones, de los proyectos que tenemos en mente... más allá de las circunstancias que nos rodean... más allá de todo el ruido que existe en nuestro entorno...
... más allá, hacia dentro, estamos nosotros. Unos seres inimaginablemente maravillosos, llenos de sabiduría, de toda clase de virtudes, y de vida.
... más allá, hacia dentro, somos Seres Que Sienten. Seres que buscan sentirse bien, en paz consigo mismos, y en plenitud con su propia realización como Ser. Y es precisamente esta experiencia interior la que tiene sentido, y la que se perfila a partir de todas las experiencias que vivimos con nuestro entorno.
Esta entrada de hoy es una invitación para recordaros que no olvidemos volver hacia dentro tantas veces como nos sea posible. Un recordatorio para invitaros a hacer una parada, cuando lo consideréis conveniente, para abrir los ojos y daros cuenta que no estamos aquí sólo para hacer, y crear cosas. Que nuestro sentir es anterior, y es el camino hacia nuestra propia plenitud.
Dedica por tanto momentos para no hacer, sino para compartir con tus más allegados. Momentos para disfrutar de quién eres, tal y como eres, con otras personas.
Sekhinae.
-- Y en esta línea, desde Balnea os ofrecemos... --
Momentos para relajarte con tu pareja, tus amigos o familiares, aprendiendo a dar, y dando y recibiendo masajes relajantes. Una actividad que puede fortalecer los vínculos afectivos, y que ayuda a liberar emociones, tensiones, y a favorecer un gran momento de descanso.
¿Te animas a compartir con nosotros?
